Declaraciones del Ex Gobernador Aníbal Acevedo Vilá sobre el tema del status

Con la libertad que me da el no ocupar ni aspirar a ocupar ninguna posición electiva, quiero compartir mi opinión sobre los asuntos de status que se han discutido recientemente.
Primer punto: EL PPD ES EL ÚNICO INSTRUMENTO PARA SALVAR EL PAÍS, PERO LAS ELECCIONES NO ESTÁN GANAS

Por más desacertado que haya sido el primer año de Luis Fortuño como gobernador, nadie dentro del Partido Popular debe pensar y actuar como que las elecciones están ganas y que es cuestión de simplemente escoger un candidato para la gobernación. Tres años son un mundo en la política. Por otro lado, el Partido Popular es el único instrumento que tiene el pueblo para retomar el rumbo correcto y responder con sensibilidad y creatividad a los retos del pueblo. Si las políticas y posturas republicanas y conservadoras del PNP le pueden hacer mucho daño a Puerto Rico en estos 4 años, en ocho años el daño para nuestro país podría ser irreparable. Ésta es una responsabilidad muy grande que el liderato y la base del PPD tienen que asumir con profundidad y alto sentido patriótico.

Segundo punto: UN PLESBICITO DE STATUS EN ESTE MOMENTO SÓLO LE CONVIENE A FORTUÑO Y AL PNP

Caer en el juego de Fortuño, Pierluisi y Rivera Schatz de hablar y discutir qué debe incluir el propuesto plebiscito criollo promovido por ellos, es precisamente eso, caer en su juego. Nadie en Puerto Rico está pidiendo ese plebiscito. Nadie en su sano juicio – ni los mismos estadistas que lo proponen – cree que ese plebiscito va a traer la estadidad, la independencia o el desarrollo del Estado Libre Asociado. Nadie en nuestro pueblo está pidiendo, y mucho menos reclamando ese evento electoral en este momento. Ningún puertorriqueño con sensibilidad está de acuerdo en que se gasten más de $6 millones de dinero del pueblo en ese embeleco, mientras se están despidiendo miles de empleados públicos, la economía sigue en picada, el crimen en alzada y se están afectando los servicios al ciudadano por la supuesta falta de fondos.

La mejor muestra de que esta discusión sólo le favorece al PNP y a la presente administración la vimos la semana pasada. El PPD ha logrado cambiar la discusión pública para que en lugar de que se hable del alza consistente en la criminalidad, los despidos injustificados, el desempleo, el caos en educación, las amenazas a nuestro medio ambiente, se esté hablando de status y de las “divisiones” dentro del Partido Popular. Más dramático aún es que en cuestión de días los líderes distanciados del PNP, como Pedro Rosselló, han comenzado a hablar en una sola voz dentro de la colectividad estadista.

Me preocupa, además, que la discusión generada dentro del PPD pueda facilitar que el proyecto de status de Pierluisi se apruebe en la Cámara federal. Aunque todo el mundo acepta que ese proyecto no se va a convertir en ley porque el Senado de Estados Unidos jamás lo va a aprobar, el objetivo de los estadolibristas y los populares tiene que ser que ni siquiera se apruebe en la Cámara federal. Toda esta discusión a destiempo puede llevar a nuestros aliados en el Congreso – que son los que lograron detener su aprobación en el 2009 – a bajar la guardia por tener dudas o diferencias con las nuevas estrategias del PPD.

Tercer punto: ¿QUÉ HACER CON EL PROPUESTO PLEBISCITO?

Si Fortuño y sus legisladores deciden aprobar ese plebiscito, allá ellos. El Partido Popular, si quiere estar en sintonía con el País, no puede ser instrumento para legitimar la necesidad de ese plebiscito. Lo que el País tiene que pensar ahora y discutir ahora no es qué va a estar en esa papeleta, eso es un ejercicio en futilidad. Lo que tenemos que discutir y decidir es cómo utilizamos ese embeleco para lo que nosotros sí queremos: enviarle un mensaje claro de repudio a Fortuño y a esta Legislatura por sus desaciertos, sus abusos, su improvisación y su falta de sensibilidad. Si ellos deciden malgastar nuestro tiempo y nuestro dinero, convirtamos eso en una oportunidad para enviarle el mensaje de lo que sentimos en nuestro corazón. ¿Cómo hacemos eso? La estrategia la discutimos más adelante, pero ahora combatamos desde la cancha del pueblo con el pueblo, no en la cancha de Fortuño y Rivera Schatz contra el pueblo.

Para los estadolibristas y los populares el panorama debe estar claro, no confuso. Usar ese embeleco de plebiscito para revisar posiciones de status y reabrir heridas sanadas es un error sustantivo y estratégico. Si todos estamos convencidos de que a través de ese plebiscito no vamos a lograr el desarrollo del ELA al que aspiramos, plantear este asunto en esta coyuntura es como tirarle perlas a los cerdos. No importa lo que Fortuño y Rivera Schatz pongan en esa papeleta, este plebiscito no va a desarrollar el Estado Libre Asociado, pero tampoco lo va a destruir, porque es un evento inconsecuente. No se puede actuar con miedo y sin estrategia. Pero si nosotros los populares caemos en el juego de ellos, nuestras posturas sí pueden debilitar o destruir el ELA y su potencial de crecimiento.

He escuchado a algunos líderes de nuestro partido esbozar que un triunfo del Estado Libre Asociado en ese plebiscito nos ayuda a lograr un triunfo electoral en el 2012. Vale la pena recordar la historia. En 1993, en el primer año de Rosselló, concurrimos a un plebiscito con la definición del ELA que queríamos y ganó el ELA, pero perdimos abrumadoramente las elecciones siguientes. Más aún, no logramos adelantar nada de lo que entonces propusimos para el desarrollo del ELA. Diferente fue el plebiscito de 1998 cuando Rosselló convocó a otro plebiscito de status y nosotros convocamos al País a usar ese evento para repudiar lo que representaba la administración de Rosselló y del PNP, incluyendo un repudio al propio plebiscito. Ganamos con la Quinta Columna y ganamos la elección que le siguió.

También he escuchado que la nueva estrategia del PPD está basada en un diseño legal para detener el propuesto plebiscito en los tribunales. Nuevamente debemos aprender de la historia. En 1998 líderes del PPD propusieron exactamente lo mismo con la misma teoría legal: que un plebiscito en el que no estuviera el ELA según definido por los defensores históricos del Estado Libre Asociado era inconstitucional. En aquél momento, como Presidente del Partido Popular, tomé la decisión de enfrentar el reto políticamente, usando la Quinta Columna y continuar la vía legal como algo subsidiario. El tiempo me dio la razón: los tribunales no nos dieron lo que buscábamos, pero el pueblo sí nos respaldo en las urnas. La situación presente en los tribunales es todavía más desfavorable que la que tuvimos en 1998. El Tribunal Supremo de Puerto Rico ya está bajo el control burdo del PNP y en el Tribunal Federal, que fue donde perdimos en 1998, el control republicano-PNP es cada día más marcado. Supeditar ahora una estrategia política a una teoría legal es un camino que nos va llevar a quedarnos con las manos vacías en los tribunales y sin una base política para actuar en las urnas.

Cuarto Punto: SOBRE EL DESARROLLO DEL ELA

El país sabe cuál es mi visión sobre el desarrollo del ELA porque ha sido mi posición consistente desde mi discurso del 25 julio de 1998 en El Morro: el ELA tiene que crecer y evolucionar “ni a la izquierda, ni a la derecha, hacia adelante”; de forma no colonial ni territorial, fundamentado en nuestra soberanía, con la ciudadanía americana como vínculo de asociación política con los Estados Unidos. Esa es la posición oficial del Partido Popular desde que fui presidente en 1998. Además, la posición del PPD es que más plebiscitos no van a resolver ni adelantar el asunto del status. Por eso respaldamos el mecanismo de la Asamblea Constitucional de Status. Si alguien pretende ahora revisar esas posturas, en el momento adecuado participaré en ese debate, aunque honestamente lo creo innecesario y a destiempo en este momento. Si lo que se quiere es simplemente clarificar posturas, eso se debe hacer de forma inclusiva y sin amenazas de exclusión o de expulsión.

Sobre la resolución recientemente aprobada por la Junta de Gobierno de mi partido, si se hubiese trabajado de forma inclusiva, no tengo dudas de que hubiera sido respaldada ampliamente por todos en el partido. El problema es que se utilizó para una lucha interna de poder que sólo satisface el ego y el protagonismo de algunas personas dentro del PPD.

En un intento, quizás, de aclarar posiciones, he escuchado a miembros del Partido tratando de hacer una comparación entre lo que se pretende hacer en este momento con lo que hizo Muñoz en 1946 al declarar que era incompatible ser independentista y ser miembro del PPD, lo que llevó a la renuncia o expulsión de varios líderes. Semejante comparación me parece un acto de arrogancia y un error de interpretación histórica. Primero, no ha existido ni existe en el PPD otro Muñoz Marín. Segundo, eso lo hizo Muñoz desde el poder, luego de ganar dos elecciones corridas y en el auge de su poderío político y gubernamental. Nada de eso es comparable con la realidad presente.

El mayor impedimento al desarrollo del ELA no está adentro. Es más, no está en Puerto Rico. Lo he dicho anteriormente y lo repito ahora: nuestro mayor impedimento está en la postura equivocada del informe Bush sobre status que reniega no sólo la existencia del ELA de 1952, sino de la capacidad de establecer en el futuro cualquier relación con los Estados Unidos más allá de la estadidad o el territorio. A eso es que los populares y los estadolibristas deben dedicar sus energías sobre status, a revocar y cambiar esas posturas en Washington. Y en lo que se refiere a la agenda del Partido Popular, lo que Puerto Rico necesita es un Partido Popular fuerte que sirva de oposición a las políticas nefastas de este gobierno y que le presente un buen proyecto de futuro al país.