Escribo estas líneas el viernes 21 de noviembre en el avión de regreso de Washington, donde ayer me reuní con importantes congresistas, amigos míos y de Puerto Rico. A todos les expresé mi agradecimiento por el apoyo que le han dado a nuestra isla, específicamente, a los asuntos que les he presentado durante los últimos años en beneficio de nuestra gente. Pero más importante aún, les recordé lo importante que es que en la agenda futura de Washington, especialmente en los asuntos relativos a la economía, Puerto Rico sea tratado de forma justa.
Conversé con Charlie Rangel, presidente de la poderosa Comisión de Medios y Arbitrios del Congreso, un conocedor de Puerto Rico y defensor de la sección 936 mientras los gobiernos de Puerto Rico la defendieron (Charlie todavía no entiende cómo el gobierno de Puerto Rico en los 90 entregó esa herramienta de desarrollo económico a cambio de nada). Charlie fue instrumental para que el paquete de estímulo económico que se aprobó este año aplicara en igualdad de condiciones a los contribuyentes puertorriqueños, lo que inyectó más de $1,200 millones al bolsillo de nuestra clase media. En el futuro, Rangel será fundamental en todas las medidas económicas que se aprueben, particularmente, las contributivas y las relativas a aumentar los fondos que recibe Puerto Rico bajo importantes programas como el de Medicaid.