SUELDO INCOMPETENTE Y NEGLIGENTE PARA JARESKO

Columna publicada por El Nuevo Día el viernes 31 de marzo de 2017
El salario de la directora ejecutiva de la Junta de Control Fiscal (JCF), Natalie Jaresko, evidencian dos cosas: que ella es muy buena negociando para ella y que la Junta demostró incompetencia y negligencia claras al acordar ese sueldo.

Cuando se supo sobre el sueldo de $625,000 anuales que se va a pagar con el dinero que aportamos en contribuciones, la reacción unánime del País fue de espanto, asombro y coraje. La “justificación” del presidente de la Junta fue que “si se quería un cuarto bate, eso es lo que cuesta”. Pero solo unos días bastaron para que la prensa descubriera y revelara que estaba desempleada antes de ser nombrada al puesto que ahora ocupa, y que como ministra de finanzas de Ucrania solo cobró $200 mensuales. Además, surgió el dato comparable de cuánto se le pagó a la persona con funciones similares en la reciente quiebra de la ciudad de Detroit: $275,000 anuales. Esta información me movió a indagar cuánto de verdad vale en el mercado mundial un “cuarto bate” para el tipo de trabajo que se le ha requerido que haga aquí.

Lo primero que descubrí fue que el salario del oficial para Detroit no lo pagó la ciudad en quiebra sino el estado de Michigan. Sin embargo, aquí, el Congreso nos impuso la Junta, la Junta nos impone a la directora ejecutiva pero el sueldo y los gastos los paga Puerto Rico.

Luego, al comparar su salario de funcionaria, con el sueldo de otros oficiales de alto rango en el gobierno de Estados Unidos, resulta que Jaresko va a devengar un salario mucho mayor que el de cualquier funcionario federal electo o no electo. En Estados Unidos el presidente gana $400,000, el presidente del Tribunal Supremo $255,500 y el presidente de la Cámara $223,000.

En este punto, todavía quise ser generoso, y pensé: esos no ejercen funciones financieras, ni negocian nada en el mercado de bonos, que es de por sí un mundo muy complejo. De manera que busqué la posición más alta a nivel federal en temas financieros —la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, quien establece la política monetaria de Estados Unidos que afecta a esa nación y al mundo entero— y encontré que su sueldo es de $201,700 o una tercera parte del de Jaresko. En esa búsqueda descubrí que en Estados Unidos hubo una controversia porque algunos de sus asesores ganaban más que ella, siendo el de mayor cantidad de $312,000, poco menos de la mitad que el sueldo de Jaresko.

Y como si fuera poco, en el sistema de bancos regionales de la Reserva Federal, el sueldo más alto lo tiene el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, ascendente a $444,200.

Al expandir la comparación a funcionarios financieros internacionales, ya queda muy claro que la JCF juega sus cartas en contra de Puerto Rico.

El sueldo del presidente del Banco Mundial es de $476,000 y el de Chiristine Lagarde, directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional, es de $476,940. En otras palabras, por imposición y capricho de la Junta que nos endilgó el gobierno federal, los puertorriqueños vamos a pagarle a Jaresko más que lo que gana la persona que ha lidiado con todas las crisis financieras internacionales, incluidas las de Grecia, Italia y España, entre otras.

El salario descabellado no habla, necesariamente mal de Jaresko, sino de la Junta. Si en una búsqueda de apenas unas horas por Internet pude encontrar estos datos, ¿de dónde salió la recomendación de ese sueldo? ¿Cómo es posible que un país en quiebra pague más que lo que ganan los jefes de estado del mundo y los directores de todas las organizaciones financieras internacionales? Hace unos días descubrimos que el recorte de $450 millones a la Universidad de Puerto Rico (UPR) que la Junta recomendó y el gobernador aceptó no partía de ningún estudio ni tenía justificación; igual con los recortes a salud y a otras áreas fundamentales de servicios directos a los ciudadanos.

A los que creían que esos siete eran unos genios que venían a salvar a Puerto Rico, ya es hora que abran los ojos. Ese sueldo de $625,000 es la mejor muestra de la incompetencia y negligencia de quienes hoy tienen el poder de hacer lo que les dé la gana con Puerto Rico.