El pasado viernes 7 de diciembre participé como invitado especial en el encuentro de alumnos y ex alumnos del Centro CASA de la Universidad Interamericana de San Germán. Los Centros CASA son un proyecto que inicié durante mi primer año como Gobernador en el 2005 y que tienen el objetivo de dar una alternativa educativa creativa e interesante a los jóvenes que abandonan la escuela o que están a punto de abandonarla. Los Centros CASA son un modelo exitoso para atender el problema serio de la deserción escolar. La actividad en San Germán del pasado viernes fue hermosa. Además de poder re-encontrarme con educadores y administradores que han formado parte de este programa desde que tuve el placer de inaugurarlo como Gobernador, pude ver nuevamente los rostros de alegría y esperanza de alumnos y exalumnos. Más conmovedor aún fue escuchar los testimonios de jóvenes cuyos caminos estaban cerrados y su autoestima estaba por el piso, hasta que llegaron a este Centro CASA y retomaron el control de su vida y de su educación. Aprovecho esta ocasión para reafirmar mi compromiso con este programa y con la lucha en contra de la deserción escolar y comparto aquí con ustedes las palabras que pronuncie en dicha ocasión.
MENSAJE DEL EX GOBERNADOR ANIBAL ACEVEDO VILÁ EN OCASIÓN DEL REENCUENTRO DE PARTICIPANTES DEL PROGRAMA CASA DE LA UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE SAN GERMAN
7 de diciembre de 2012
Gracias a todos por honrarme con esta invitación, sobretodo al Sr. Carlos Galindo, que contactó mi oficina para invitarme a ser su orador en este re-encuentro de los participantes del Programa CASA, establecido por mi Administración cuando tuve el honor de ser el Gobernador de todos los puertorriqueños. Nunca olvidaré como iniciamos este programa y mucho menos olvidaré las vidas que cambiaron para bien gracias a CASA.
Siempre he estado claro en que la deserción escolar es uno de los principales problemas sociales que tenemos en Puerto Rico. Pero desde antes de llegar a La Fortaleza también tenía claro que la culpa de que muchos jóvenes – y en ocasiones niños y niñas – abandonen la escuela no es, necesariamente, de ellos. Como le decía a mis ayudantes y asesores en La Fortaleza, en muchas ocasiones es la escuela la que abandona al estudiante.
Nuestro sistema educativo no siempre tiene la flexibilidad para ajustarse a las realidades familiares, económicas, sociales y psicológicas de muchos de nuestros jóvenes. La escuela se les torna aburrida, demasiado rígida, desconectada de sus realidades más íntimas. Así que lo que hay que preguntarse es, ¿Qué hacer con esos jóvenes para los cuales el sistema educativo se ha tornado distante e irrelevante? ¿Cómo los atendemos reconociendo sus limitaciones, pero a la vez sus talentos y sus potenciales? Esas eran las preguntas que me hacía como Gobernador y esa, mis queridos amigos y amigas, Esa ES la pregunta.
Inicialmente, mi respuesta fue la tradicional: vamos a crear un programa dentro del Departamento de Educación, dirigido y administrado por el propio Departamento, para generar un modelo alterno educativo para «salvar» a estos jóvenes antes que abandonen la escuela o para «rescatar» a los que ya la han abandonado. Obviamente, darle la encomienda de crear un modelo alterno al mismo Departamento que administraba el modelo tradicional que ya les había fallado a esos estudiantes, era una receta para el fracaso. Pero mis intenciones estaban claras, y la pregunta retumbaba en mis oídos todos los días en La Fortaleza; ¿qué vamos a hacer para «salvar» a esos jóvenes?
Y así llegué un día a Caguas, temprano en el 2005, a una actividad de las que celebré continuamente como Gobernador, que llamábamos «Aníbal en tu Pueblo». Eran actividades de diálogo sincero, sin una agenda predeterminada, en las que genuinamente yo escuchaba a la gente que tenía problemas, pero que también tenía soluciones. Y ahí me encontré a Justo Méndez, hijo, mejor conocido por sus amigos como Justito. Me habló del programa que había establecido contra viento y marea llamado Nuestra Escuela. Su objetivo era claro: atender la población de desertores escolares o de jóvenes en riesgo de desertar. Su modelo era claro también: atemperar la oferta educativa a las realidades particulares de cada joven. Hasta ese momento, el 2005, Nuestra Escuela funcionaba con poca ayuda y coordinación del Gobierno central, pero sí con el apoyo del Municipio de Caguas y de su alcalde visionario, Willie Miranda Marín.
Al escuchar a Justito, allí mismo, en ese instante, me contesté la pregunta y tomé la decisión. CASA sería financiado por el Gobierno central y el Departamento de Educación, pero su ejecución estaría totalmente en organizaciones privadas sin fines de lucro, con fuertes vínculos comunitarios, para que fueran estas instituciones las que decidieran cómo lograr los objetivos que teníamos. Así nació el Centro de Apoyo Sustentable al Alumno, así fue que nació CASA. El Secretario Rafael Aragunde acogió la propuesta, dejando a un lado la visión tradicional de los Jefes de Agencia de que ellos tienen que tener el control y la administración de todo lo que se hace en sus departamentos.
A Justito y a Nuestra Escuela se sumaron PECES en Punta Santiago, en Humacao; los Centro Sol Isolina en Ponce y Caimito; la Universidad Interamericana aquí en San Germán y otras organizaciones comunitarias a través de toda la Isla.
Durante mi incumbencia como Gobernador y a través de este proyecto, se ofreció a los estudiantes un centro académico y vocacional donde los jóvenes desarrollaban destrezas sociales para, no solo alcanzar su diploma de cuarto año, sino lograr integrarse en el mundo del trabajo y/o continuar estudios postsecundarios. En los Centros CASA los estudiantes tienen la posibilidad de ser atendidos de manera individual y holística, se trabaja de forma integral con la familia para lograr un mejor aprovechamiento académico de los jóvenes y se ofrecen centros de cuido y de apoyo para que los estudiantes alcancen una mejor concentración en sus estudios.
Durante mi Administración, CASA logró atender una matrícula acumulada de cerca de 3,400 estudiantes, sobrepasando todas las expectativas que teníamos al iniciar el programa en Agosto de 2005. Lo más sorpresivo e incluso increíble, fue que esos jóvenes que habían abandonado la escuela o estaban constantemente faltando a clases y a punto de desertar, una vez en CASA, los niveles de asistencia y retención escolar superaron el 90%.
Durante esos años este proyecto le brindó un nuevo comenzar a estos jóvenes, de los cuales más de 1,600 estudiantes lograron graduarse de cuarto año durante mi mandato y se esperaba que esa cifra sobrepasara los 2,000 en mayo del 2009. Al igual que hoy estoy aquí, como Gobernador acudí a muchas de esas graduaciones y pude ver de cerca el rostro y las lagrimas de alegría de estos jóvenes y sus familiares, quienes en momentos en el pasado llegaron a pensar que no tenían ningún valor y ahora, con su autoestima recuperada y su diploma de cuarto año, veían el futuro con esperanza.
En este CASA de la Universidad Interamericana en San Germán los números son impresionantes. Hoy tienen 111 estudiantes y hasta noviembre de este año 687 estudiantes se han graduado de escuela superior.
No estamos hablando de estadísticas. Estamos hablando de miles de jóvenes que tenían todas las apuestas en su contra y que iban camino a perderse. Estamos hablando de miles de jóvenes a los cuales la escuela tradicional había abandonado. Hoy, esos miles de estudiantes tienen su diploma de cuarto año gracias a CASA.
Poca gente se ha dado cuenta de que este programa fue precursor de tendencias y políticas públicas que se han tornado en corrientes de moda. En primer lugar, estamos ante un modelo de incorporación de organizaciones sin fines de lucro y de base comunitaria para ejecutar política pública. Es segundo lugar, estamos ante un modelo exitosos de Alianzas Público Privadas, en las que sí se defiende el interés público. Y tercero, CASA es un modelo de lo que se ha puesto de moda: educación alternativa.
Todavía recuerdo en el 2008, luego de perder las elecciones, haber recibido y leído un mensaje a mi página de Facebook de una mujer viequense que me decía: «Aníbal tenía que decirte gracias por haber creído en el Proyecto CASA y darle la mano a Justito para traer este proyecto a Vieques Gracias a ti la jovencita con 35 cargos de agresiones, madre soltera a los 13 años, que estaba deambulando por diferentes hogares para que la acogieran y que Dios puso a mi cuidado, hoy es una egresada del proyecto, graduada con honores y a sus 16 años estudia para ser una profesional de enfermería en el Instituto de Banca .
Hoy, transcurridos cuatro años desde que dejé de ser Gobernador, lejos de las discusiones políticas de todos los días, algunas con mucha sustancia y otras totalmente superfluas, les puedo decir a ustedes, participantes y facilitadores de este proyecto, que para encaminar iniciativas como los Centros CASA fue que quise ser Gobernador.
Muchas gracias adelante y que Dios los bendiga.