Debo admitir que nací y me crié en una casa donde la palabra «republicano» era una mala palabra. Durante muchos años los republicanos que gobernaron o intentaron gobernar a Puerto Rico lo hicieron con una agenda clara de favorecer a los ricos y a los poderosos en menosprecio de la mayoría del pueblo. La palabra republicano se tornó tan negativa en la mente y el corazón de los puertorriqueños, que se cambiaron el nombre a PNP y trataron de borrar sus orígenes. Luego de la fundación del PNP todavía recuerdo una canción que decía: «son los mismos, son los mismos, los mismos de la otra vez», refiriéndose a que el PNP era el mismo partido republicano desprestigiado que tanto daño le había hecho a Puerto Rico. Al ver y escuchar el pasado lunes en la noche al Presidente Obama hablándole a la nación americana y al mundo sobre la crisis presupuestaria en la que está sumida los Estados Unidos y ver el sabotaje de parte de los republicanos de allá, me recordé de esa canción. Aquí y allá, antes y ahora, son los mismos.
Obama expuso claramente cómo lleva meses tratando de explicar a los republicanos del Congreso que si no actúan y logran un consenso, la crisis nos afectará a todos. Fue claro al explicar como él ha cedido a muchos de los reclamos de los republicanos y dijo algo que me recordó lo que nos tocó vivir a nosotros en Puerto Rico cuando fui Gobernador: el pueblo votó por un gobierno dividido, pero no por un gobierno disfuncional».
Durante los primeros meses del año 2006 dediqué todas mis energías a explicarle a los líderes legislativos del PNP/REPUBLICANOS que íbamos camino a una crisis, que necesitábamos actuar y que necesitábamos un préstamo de $600 millones para que el gobierno pudiera continuar operando. Para evitar la crisis fui tan lejos que acepté el IVU que ellos habían propuesto en la campaña anterior y que formaba parte de la legislación de reforma contributiva que habían presentado. Lo acepté a pesar de que lo había rechazado en la campaña sabiendo que me costaría políticamente, pero pensando que era una forma de lograr el apoyo del PNP en la Legislatura y evitar la crisis de esa forma.
Recuerdo haberle hablado directamente a los puertorriqueños en términos similares a los que usó Obama el lunes en la noche. La respuesta entonces fue la misma que hoy le dan a Obama. El líder republicano del Congreso dijo que ésta era una «crisis creada por Obama», exactamente lo mismo que decían los republicanos del PNP en el 2006, pero refiriéndose a mí.
Lo que pasó entonces tú lo recuerdas. Me negaron la legislación que autorizaba los $600 millones en préstamos para que el gobierno siguiera operando (exactamente lo mismo que le están negando a Obama) y Fortuño entonces Comisionado Residente- se fue corriendo a Washington sin hacer nada para evitar la crisis. El gobierno cerró y a las dos semanas legislaron exactamente lo que les había pedido. Lamentablemente, el daño ya estaba hecho. La economía entró en una recesión y el pesimismo se apodero del País.
Los PNP/REPUBLICANOS de acá habían triunfado: hacerle daño a Puerto Rico no les importó si en el camino tenían ganancia política. El cálculo político prevaleció por encima del compromiso patriótico.
Luego de las elecciones esos mismos legisladores PNP/REPUBLICANOS le aprobaron al gobernador republicano Fortuño un préstamo de seis mil millones de dólares, diez veces más la cantidad que se negaron a autorizar en el 2006 y hace unas semanas le volvieron a autorizar otro préstamo. Es evidente que los préstamos ya no les preocupan.
En Estados Unidos se habla de que el daño ya está hecho. No importa lo que suceda esta semana, la economía ha sido golpeada por la intransigencia y el cálculo político de los republicanos. Por primera vez el mundo ve que los Estados Unidos pueden quedarse sin dinero para pagar sus deudas y que hay una posibilidad real de que su crédito se afecte. Eso significa intereses más altos en las hipotecas, en las tarjetas de crédito y en muchos otros renglones, mientras que para nosotros aquí en Puerto Rico significa una continuación de la crisis económica que vivimos cada día.
Desafortunadamente, para los republicanos la ecuación es clara: si la economía sufre, Obama sufre y ellos ganan políticamente aunque se chave el país. Sounds familiar? Nuevamente, el cálculo político por encima del compromiso patriótico. La canción decía la verdad: «son los mismos».